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Hoy más que nunca en la historia del siglo XXI, los padres están buscando colegios para sus hijos porque la pandemia nos mostró que en el tema educativo, somos vulnerables. Ya no existen certezas absolutas. Los mejores colegios ya no son los que eran porque recibiendo clases desde casa nos dimos cuenta que el sistema educativo tradicional no era lo que pensábamos.

Este es el primero de una serie de varios artículos acerca de los criterios que debes tener cuando estás buscando colegio para tus hijos. En este primer artículo, vamos a hablar sobre la evaluación escolar.

¿Qué forma la escuela tradicional?

Al menos en esta parte del globo terráqueo, los occidentales forman individuos para la autonomía.

  • El dominio de la naturaleza, la tradición capitalista y el neoliberalismo marcan la parada no sólo en los negocios sino también en las instituciones educativas.
  • El pensar racionalmente, por encima de las emociones y la intuición.
  • Tomar decisiones autárquicas y egoístas.

Puede parecer muy duro, pero así es. Los sistemas educativos tradicionales no están organizados, ni son capaces de responder al reto de formar seres humanos con la capacidad para sentir con otros seres humanos. Para entrar en colaboración por encima de los intereses personales de éxito y protagonismo.

La escuela tradicional forma para la excelencia de los logros académicos, para la búsqueda de la perfección; no para el trabajo en equipo ni el desarrollo de la sociedad. Share on X

La evaluación en la educación tradicional es un mecanismo de control

Esa perfección académica se consigue a través de las calificaciones y notas que los maestros deben poner a sus estudiantes.  Y digo, deben, porque no todos los profesores están de acuerdo con ese sistema de evaluación estándar.

El monitoreo, la evaluación y la calificación es lo que impulsa a los estudiantes a competir para sobresalir, para ser mejor que el otro.

¿Cómo se ejerce control sobre los estudiantes con la evaluación?

  • Se les exige que realicen tareas cuantificables.
  • Son medidos por resultados.
  • Se da una buena calificación a quienes siguen las instrucciones al pie de la letra.
  • Se castigas con malas notas a quienes son creativos y flexibles.

El resultado es que la escuela tradicional produce individuos competitivos, con poca tolerancia a la frustración y al fracaso, y con temores de fallar.

¿Es esto lo que queremos que sean nuestros jóvenes después de más de una década de educación tradicional?

¿Cuáles son las consecuencias de la evaluación tradicional?

Este sistema de control ha traído varias consecuencias:

  1. Currículos basados en competencias. El sistema decide qué es lo que los estudiantes deben hacer, en qué condiciones y con cuáles estándares.
  2. Interés por los resultados finales. El sistema educativo tradicional privilegia el cultivo a la inteligencia cognitiva, el perfeccionamiento individual. Favorece a los estudiantes más brillantes y prometedores en términos académicos estandarizados y castiga al que no se comporta como dice el currículo.
  3. Cultura de la auditoría. Como lo dijo el Dr. Manuel Losada en la ponencia: Repensando la Educación: “esta cultura alimenta la sed de ser el primero, de aparecer en el ranking de los mejores, de mostrar los logos de calidad, que lo único que hace es prepararse y responder formatos estandarizados y buscar evidencias. Todo este tiempo debería ser invertido en pensar en la educación”.
  4. Estándares de calidad. Mostrar que hay ciertos colegios que son los primeros en calidad (por formatos estandarizados como las pruebas ICFES en Colombia o las pruebas PISA).
  5. Concentración en los procesos y no en los estudiantes y sus intereses.
  6. Un sistema de educación basado en resultados medibles, no en la formación de seres humanos que no sólo responden al éxito por sus resultados académicos.
  7. Jóvenes que tienen temor al fracaso. Por ende, no se atreven a emprender, porque un emprendedor debe aprender a fallar mucho y rápido.
  8. Jóvenes que se comparan con otros y sienten que no son mucho, ni van a lograr mucho si no son “buenos estudiantes”.
  9. Jóvenes inseguros que piensan que si no logran buenas notas no van a ser nadie en la vida.
  10. Adultos que no saben lo que quieren porque trabajaron por tener buenas notas sino para preparase en sus dones y talentos.

Pensamiento en forma de recompensas y sanciones

Las evaluaciones estandarizadas son parte del sistema para medir y monitorear el desempeño individual del estudiante frente a resultados ya esperados. Las pruebas (quices, previas, exámenes, ICFES, SABER, etc) determinan quién pasa y quién pierde en el proceso educativo. Es decir, quién merece una recompensa y quién amerita una sanción.

  • En la escuela tradicional, los estudiantes son vistos como objetos dependiendo de sus resultados académicos y no como personas con diferentes dones, talentos, aptitudes y habilidades.
  • La evaluación estandarizada compara a los estudiantes de manera descontextualizada y no tienen en cuenta las circunstancias, ni los intereses de los estudiantes.
Los colegios deberían formar jóvenes que piensan y que colaboran en la adquisición y manejo del conocimiento. Share on X

Hoy, el saber es público, la pregunta es cómo lo vamos a utilizar. Los jóvenes deben aprender herramientas filosóficas para estudiar esos saberes y herramientas retóricas para comunicarlo.

¿Qué podemos hacer para mejorar la evaluación?

Algunos critican el hecho de que los colegios son los únicos culpables y responsables de esta situación. Hay otros que dicen que si tú quieres que un problema social no se solucione, hay que crear una cátedra alrededor de eso. Por eso, dicen algunos, tenemos en Colombia, la cátedra de la democracia, la cátedra de la sexualidad, la cátedra de anti-corrupción, entre otros.

  • Las instituciones educativas deben pensar en términos de que no hayan ganadores y perdedores. En Rhema School, por ejemplo, la evaluación es un diálogo entre los estudiantes y los profesores. Un diálogo en el que se tiene en cuenta las fortalezas e intereses de los jóvenes y sus dificultades.
  • La evaluación no debería ser estandarizada sino personalizada. Dependiendo de cada individuo y su contexto. Una medición comparativa consigo mismo y no con otros. Esa sería la medida justa. Qué tanto de lo que yo, como persona puedo lograr, y cuánto de ese esfuerzo estoy dando para determinada situación.
La evaluación debe ser más formativa y menos sumativa. Share on X

La solución está en las manos de los héroes de esta película llamada educación: los padres. Los padres tenemos la responsabilidad de formar a nuestros hijos. A quién le demos esa responsabilidad es nuestro llamado.

Buscando colegios con una evaluación diferente

Si estás buscando un colegio cuyos parámetros para evaluar partan del estudiante y no de una prueba estandarizada, Rhema School es tu opción. 

Rhema es un colegio virtual que desarrolla los dones y talentos de los niños y jóvenes mientras ellos son felices aprendiendo. En Rhema, los conocimientos se dan de manera práctica y la evaluación es a través de entregables y proyectos que se presentan a todo el colegio.

Estos proyectos se realizan en su área de interés, teniendo en cuenta sus habilidades, aptitudes e intereses. Cada bimestre tenemos un horario diferente para darle variedad y sabor al conocimiento. Dividimos las asignaturas de Lenguaje, Matemáticas y las Ciencias (tanto sociales como naturales) en diferentes disciplinas.

Lettering, cursiva, retórica, filosofía, los idiomas y typing son parte del Lenguaje. Culinaria, diseño gráfico, fotografía, finanzas personales, bancos y las artes enseñan las matemáticas. Nanotecnología, biotecnología y culinaria enseñan las ciencias naturales y la química. Las ciencias sociales permean todas las asignaturas porque cada una tuvo un comienzo, un lugar y un personaje.

En Rhema también enseñamos código, animación, agricultura, movimiento, marketing, emprendimiento y disciplinas que le aportan a la vida de los jóvenes. Llevando el conocimiento a través de proyectos hace que el saber tenga sentido y esté contextualizado.

¿Quieres probar nuestra metodología? Pide ya, un Rhema Day.

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