Aprender a programar solía verse como algo exclusivo para ingenieros.
Hoy, cualquier persona puede aprender… incluso un niño de preescolar.
En los 80s, cuando iba a las clases de informática en el colegio, me sentaba frente a esos computadores 286 que, para mi generación, parecían sacados del futuro.
Nos enseñaban Word, Excel y, si teníamos suerte porque era viernes, PowerPoint.
Era fascinante… dentro de lo que se podía.

Clase de informática en 2004
No había internet, ni colaboración, ni creatividad.
Sólo una pantalla gris y el teclado donde practicábamos mecanografía.
Han pasado más de 30 años, pero lo triste es que muchos colegios siguen enseñando informática exactamente igual.
Y ahí está el problema.
Si queremos que la Generación Z y la que viene detrás tengan una ventaja real en el mundo que les espera, programar debe convertirse en parte esencial de su educación, no en un curso opcional.
Prepárate tu café o té. Esto se pone interesante.
¿Qué es programar?
Programar es hablar el lenguaje de las máquinas.
«Es una serie de algoritmos y patrones que le indican a un programa qué tareas realizar y cómo debe comportarse», explica Michael Aguas, profesor de programación en Rhema E-School.

Michael Aguas, profe de informática y programación
En la vida diaria usamos secuencias todo el tiempo.
Michael inicia sus clases con un ejemplo tan cotidiano como inteligente: tomarse la sopa.
Si lo vuelves un programa:
- Descomposición: tener una cuchara, hundirla en la sopa, llevarla a la boca.
- Algoritmo: ¿Qué va primero? ¿Qué se repite?
- Patrones: ¿Hasta cuándo se repite el ciclo? Hasta terminar la sopa.
A los niños les encanta porque descubren que programar no es magia: es lógica aplicada a la vida.
A partir de ahí, vienen los lenguajes, la inteligencia artificial, la ciencia de datos, el machine learning… pero siempre hay un primer paso.
Programar desde el colegio
Después de la pandemia, todos los colegios quedaron llenos de computadores, tablets y herramientas digitales.
Era el momento perfecto para transformar la clase de informática.
Pero en muchos casos… nada cambió.
Seguir enseñando Word y Excel es «más fácil», más barato y queda dentro de la zona de confort de muchos profesores.
Sin embargo, no prepara a los niños para el mundo en el que vivirán.
Ya en 2013, Barack Obama respaldó la iniciativa «Hour of Code» y pidió a los jóvenes que aprendieran a dominar las tecnologías que transforman todo lo que hacemos.
Silicon Valley, las startups, la automatización… nada de esto existe sin programación.

Introducción a Código en Rhema E-School, profesor Michael Aguas
Y como dice Michael:
«Zuckerberg comenzó a programar desde niño. Nuestro trabajo como maestros es crear esa curiosidad por lo que las máquinas pueden hacer para mejorar la vida».
Si los familiarizamos desde pequeños con:
- Desarrollo de aplicaciones
- Creación de sitios web
- Diseño 3D
- Inteligencia Artificial
Desarrollarán pensamiento computacional, lo que les permitirá, cuando sean adultos, identificar patrones, resolver problemas y crear soluciones que el mundo aún no ha imaginado.
¿Por qué es importante programar?
1. Programar enseña a resolver problemas
Los niños de hoy crecen en un mundo saturado de información, tendencias e influencers.
Necesitan aprender a pensar con lógica para tomar decisiones inteligentes.
La descomposición de problemas, un principio básico de la programación, les ayuda a dividir desafíos complejos en pasos manejables.
Además, estudios en neurociencia indican que entender cómo funciona la tecnología:
- Amplía la capacidad cerebral
- Mejora la memoria y la inteligencia fluida
- Desarrolla habilidades cognitivas clave

Programa creado por estudiantes para que el celular vibre
2. Programar desarrolla resiliencia
Programar implica equivocarse… mucho.
A diferencia del sistema tradicional que penaliza el error, la programación normaliza fallar, probar, ajustar y volver a intentarlo.
Michael cuenta que, en una clase, sus estudiantes de primaria debían diseñar una mesa en TinkerCad usando sólo código.
Al principio decían: «Profe, no soy capaz.»
Después de muchos intentos, lo lograron.
Descubrieron algo poderoso: el fracaso no es un final; es parte del proceso.

Diseño 3D de una mesa en TinkerCad
3. Programar despierta creatividad y genera compromiso en el aula
Para introducir a los niños en la lógica del código, Michael creó un mini Escape Room.
Los estudiantes debían ayudar a una IA a salir de una habitación mediante fichas con instrucciones.
El resultado fue increíble:
- Pensaron en lógica y secuencia
- Desarrollaron algoritmos sin llamarlos algoritmos
- Se motivaron de inmediato
- Trabajaron en equipo
A los 7, 8 o 9 años, estaban resolviendo problemas como miniprogramadores… y ni se dieron cuenta porque lo vivían como un juego.
4. Programar enseña matemáticas sin dolor
Las matemáticas están en el corazón de la ciencia de la computación: lógica, algoritmos, estructuras, patrones.
Michael aprovechó un chiste recurrente de su clase, la «PC gamer del profe», para convertirlo en una actividad en la que los estudiantes debían crear un programa en Python que calculara si él podía comprarla.
Aprendieron:
- Aritmética aplicada
- Uso de variables
- Comparación de precios reales
- Hardware y componentes
Y lo más importante: se divirtieron mientras hacían matemáticas sin darse cuenta.

Muestra de uno de los juegos del profe Michael para enseñar matemáticas usando código.
5. La programación es la habilidad más demandada para el futuro
Según Code.org, el 71 % de los trabajos en ciencias e ingeniería requieren programación.
Sólo el 8 % de los egresados universitarios la dominan.
La brecha es enorme.
Eso significa que un estudiante que aprende código desde el colegio ya tiene ventaja en:
- Tecnología
- Finanzas
- Salud
- Ventas
- Emprendimiento
- Cualquier industria que use datos (es decir… todas)
Michael también ha visto cómo sus estudiantes, de forma autónoma, crean videojuegos y animaciones en Scratch sin que nadie les diga exactamente qué bloque usar.
Ese nivel de autonomía, creatividad y pensamiento lógico no se desarrolla por accidente.
Se entrena.

Habilidades del S.21
Conclusión
Sin programación, no podrías leer este artículo.
Ni encender tu televisor.
Ni usar tu móvil.
La programación abre puertas, amplía horizontes y da forma a las ideas.
Cuando los niños aprenden a programar:
- Comprenden mejor la tecnología que los rodea
- Desarrollan pensamiento crítico y creativo
- Resuelven problemas de manera lógica
- Construyen apps, juegos y soluciones reales
Y sí: quienes saben programar ganan, en promedio, un 40% más que quienes no lo hacen.
Entonces, ¿por qué esperar?
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Diana Pineda es la creadora de Rhema E-School. Diana tiene un MBA en Marketing de la Universidad de Greenwich, Inglaterra. Es egresada de la Universidad Externado de Colombia en Finanzas y Relaciones Internacionales y especialista en Pedagogía y Didáctica de la Universidad de Medellín.
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