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Queremos una educación alternativa para nuestro hijo —me dicen los padres de familia a menudo.

— Perfecto —les digo—. Eso es lo que ofrecemos en Rhema.

Luego les explico cómo nuestra metodología TEAM fue creada para enseñar colaboración, pensamiento crítico, desarrollar la creatividad, el liderazgo y la iniciativa, entre muchas otras cosas.

— Bueno —me dicen ellos después—, pero también le van a enseñar algebra, ecuaciones cuadráticas, los elementos químicos y las tribus pre-hispánicas, ¿cierto?

¡Qué contradicción!

Estos padres quieren una educación diferente, una educación alternativa, incluso disruptiva. Pero cuando la encuentran, piden que se les enseñe lo mismo que ellos aprendieron hace 20 años o más.

Siguen esperando que a sus hijos les enseñen contenidos (que están en Google), memoricen fórmulas (cuando hay programas que lo hacen automáticamente) y estén bajo el régimen de un sistema educativo tradicional.

Es como pedir un carro, pero que sea arrastrado por caballos.

¿Qué es la educación alternativa?

Es posible entonces que esos padres no sepan a ciencia cierta qué significa la educación alternativa.

La educación alternativa es aquella que se sale de los parámetros o programas de la educación tradicional y sus sistemas.  Su propósito es darle opciones diferentes al estudiante y a la familia en términos de:

En la educación alternativa, las asignaturas básicas (lenguaje, matemáticas, sociales y ciencias naturales) se ven a través de diferentes disciplinas, proyectos, temáticas y prácticas para consolidar ese aprendizaje.

Más que libros de texto rígidos, se aprende con ideas que surgen del día a día o tendencias que vemos en las noticias.

La educación alternativa invita a los estudiantes a pensar críticamente, a que tengan su propio punto de vista. Además, les enseña a compartir lo que piensan de manera escrita, oral y artística.

En la educación alternativa, el estudiante aprende a escribir blogs, ensayos de investigación, cuentos y libretos para crear su propio guión para animación o un cortometraje.

La #educaciónalternativa enseña al estudiante a crear su propio contenido (no a repetir el contenido de otros). Clic para tuitear

¿Cómo se maneja el conocimiento en la educación alternativa?

El conocimiento no es lo mismo que la información.

La información son datos que se multiplican a una gran velocidad y nadie los puede detener. Cada segundo se está subiendo a la internet más y más información en diferentes formatos de texto, video y audio.

Pero el conocimiento es más que datos. Es la sumatoria de dos cosas:

El conjunto de toda esa información dispersa + La interpretación y aplicación que le damos a esa información.

Por ende, es imposible tener todo el conocimiento en una sola cabeza. Necesitamos colaboración.

La colaboración nos permite interactuar con otros estudiantes de diferentes edades e incluso de diferentes países y formas de pensar.

Cuando los estudiantes colaboran con otros en la construcción del conocimiento, se enriquecen más que trabajando solos.

Por eso, la educación alternativa promueve la colaboración y la construcción colectiva del conocimiento.

Algo que no se da en la educación tradicional, donde el estudiante memoriza información y luego se le califica por lo que tiene acumulado.

¿Cómo se evalúa en la educación alternativa?

La educación tradicional premia las notas altas, castiga el error y crea competencias entre estudiantes.

La calificación estandarizada crea jóvenes inseguros, que se comparan con otros y que sienten que su valor está en un número y no es sus múltiples dones y talentos.

Pero como la información ya es pública y se puede acceder desde cualquier parte, ya no tiene sentido que se evalúe la acumulación de fechas, lugares, y datos específicos.

En la #educaciónalternativa no hay notas, sino constante revisión y mejora. Clic para tuitear

Se anima a los estudiantes a que se equivoquen constantemente y vuelvan a la mesa de creación. Así, haciendo pequeños ajustes, se evitan errores catastróficos.

A través del error, aprendemos qué hicimos mal y, en la mesa de creación, hacemos arreglos para mejorar.

Sabemos que las cosas no salen excelentes la primera vez, por eso hay ensayo y error.

De esta forma, los estudiantes comienzan a aprender la tolerancia a la frustración y cómo lidiar con las equivocaciones o incluso el fracaso. Así cuando estén grandes, ya no hay temor de fallar.

La educación alternativa forma para el trabajo en equipo y el desarrollo de la persona, mientras que la escuela tradicional forma para la excelencia de los logros académicos, para la búsqueda de la perfección (notas altas, buen ICFES o pruebas estatales).

Quiero educación alternativa para mis hijos

Hay padres que quieren una educación alternativa para sus hijos y eso es fantástico. Hay un verdadero interés por una educación que será relevante para todos.

Sin embargo, sigue existiendo el temor de lo desconocido. Y es normal, porque no sabemos qué va a pasar.

Pero si tú ves que tu hijo se levanta todos los días feliz, entra a sus clases, aprende algo y te lo cuenta. Las cosas se están haciendo bien.

No te preocupes si no se sabe las tablas de multiplicar a los 8 años. Algún día las va a aprender. Esas son cosas que tarde o temprano se aprenden.

Lo más importante es que aprendan buenos hábitos de estudio, que amen compartir y crear conocimiento con sus compañeros, que sepan pensar críticamente y que sepan expresar sus ideas de manera elocuente y creativa.

Que las decisiones que tomes referente a la educación de tus hijos siempre se hagan con información y no por temor.

Quieres probar un día de pasantía en Rhema, pruébanos aquí.

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