Aprender las asignaturas tradicionales con el fin de responder un examen al final del año, no está preparando a los estudiantes para la universidad o para la vida.
Y sin importar dónde estudies en el mundo, siempre vas a encontrar la misma jerarquía de las asignaturas. Arriba las matemáticas y el lenguaje, luego las humanidades y al final las artes.
A medida que crecemos, la educación se convierte exclusivamente de la cintura para arriba, hasta que queda solamente en la cabeza y principalmente en el lado izquierdo del cerebro (el lógico-matemático).
El objetivo de la educación tradicional, creada en el siglo 19, era generar habilidades académicas.
Y, durante años, nuestros padres nos dijeron “no seas músico, porque te vas a morir de hambre, no seas escritor, por que vas a ser pobre.”
La inteligencia es interactiva
Hoy, hay miles de estudiantes en el mundo que creen que no son inteligentes porque no tienen todas estas habilidades académicas. Sin embargo, son brillantes en el arte, la música o incluso la tecnología.
La educación tradicional ha olvidado que aprendemos de manera visual, auditiva y kinestésica. Pensamos de manera lógica, pero también de manera abstracta y en movimiento. La inteligencia es interactiva.
Por eso, es necesario que aprendamos de manera interactiva. Y ojalá podamos aprender diversas disciplinas para descubrir para qué somos buenos.
Aquí Salomé Ángel nos muestra cómo aprenderse las preposiciones con un video en inglés que ella misma creó, cuando estaba en clases con la profe Amanda Padilla.
La verdad es que todos tenemos preferencias y para algunas de ellas, somos muy hábiles. Estas habilidades «innatas» se llaman talentos. Cosas que nos gustan y nos generan bonitas hormonas cuando las practicamos.
Mi propuesta siempre ha sido aprender según nuestros dones, talentos y habilidades. Según la experiencia (porque no hay muchos estudios) tiene varios beneficios. Hoy te voy a mostrar cinco.
¿Por qué es mejor que los niños aprendan según sus dones y talentos?
1. Los estudiantes son más felices aprendiendo.
A la mamá de Gillian Lynne, en los años 30s, su profe le dijo que ella tenía una discapacidad de aprendizaje porque no se podía quedar quieta y no se concentraba.
Hoy lo llamarían Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)*, pero en ese tiempo no «se lo habían inventado», no era una condición disponible en la época. Y la gente no sabía que podía tener eso.
Cuando la llevaron al médico, Gillian se sentó por 20 minutos en sus manos, tratando de ocultar el «nerviosismo» y movía los pies de arriba hacia abajo. Después de que su madre le contó todo al médico, ellos salieron y el doctor le dejó el radio prendido.
Estando afuera, la observaron. Apenas salieron, Gillian se puso de pie y comenzó a bailar. El médico le dijo a la madre: su hija no está enferma, es una bailarina.
Esta historia la cuenta sir Ken Robinson en su libro, Encuentra tu Elemento.
Gillian se convirtió en coreógrafa. Hizo 2 de las puestas en Broadway más famosas en el mundo: Cats y el Fantasma de la Opera. Trabajó por años en el Ballet Real de Inglaterra. Hizo programas para miles de personas y fue multimillonaria. Comenzando a danzar a los 16 años, edad en la que muchos podrían decir que ya era tarde.
Hoy en día, en un colegio tradicional, a Gillian le hubieran dado medicina para que se calmara durante clases en el colegio. Nos hubiéramos perdido de una gran artista.
¿Qué tal si desde el colegio se presentan diferentes formas de arte: dibujo, cómic, teatro, animación, origami, culinaria, stop motion, cómo hacer un podcast, un video, un blog, un cuento?
Cuando los estudiantes descubren su «elemento» son más felices. Se desarrollan como los seres creativos que son y generan serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina, las hormonas de la felicidad.
Estando en su «salsa», no hay trabajo difícil.
No hay asignaturas aburridas y la disposición y actitud frente al estudio, cambia. Los chicos y chicas se vuelven propositivos, inquisidores y curiosos por aprender más.
En Rhema e-School enseñamos emprendimiento. Y algunos de estos nativos digitales nos dicen que nunca pensaron en tener uno a los 7, 9, o a los 15 años. Pero hoy venden a través de Instagram, se dan a conocer a través de TikTok y siguen con sus emprendimientos después de la Feria de la Creatividad.
Aquí está Samanta Díaz que le encanta el cole porque todo es divertido: las clases, los profes, y hasta las tareas.
2. Les ayuda a mejorar y perfeccionar una habilidad que ya tienen.
Existe una crisis climática hoy. Y si no me crees, mira las noticias.
Pero hay otra crisis que se avecina y así como Al Gore la vio antes de que fuese inminente, muchos educadores la están viendo pero no están haciendo nada al respecto. Es la crisis del recurso humano.
El recurso humano, si me permiten llamarlo así, es como los recursos naturales, están profundos, muy dentro de la tierra. Y así como tenemos que cavar bastante para encontrarlos y deben existir las condiciones para hacerlo, lo mismo es con el recurso humano.
Las habilidades, los dones y los talentos se encuentran profundos en el interior de los niños, hay que descubrirlos y requieren ciertas condiciones. Y esas condiciones debería darlas la educación.
Si no estás preparado para estar equivocado en algo nuevo, no estás listo para hacer nada original, dijo Sir Ken Robinson en una de sus charlas TED.
Sin embargo, el error es lo peor que le puede pasar a un estudiante en la escuela tradicional. Pues le ponen cero, tachan sus respuestas y lo hacen con rojo para que nunca se le olvide.
Los niños traen habilidades al colegio. Pero son suprimidas para poder dar las asignaturas tradicionales.
Si aprendemos según nuestros dones y talentos, esas habilidades que los niños traen se potencializan. Haciendo proyectos, colaboración, innovación e investigación.
Después de estar inmerso en alguna disciplina por varios meses, esa habilidad que era somera se mejora mediante la práctica, el ensayo y el error.
Te doy un ejemplo. Alicia tiene 9 años y siempre le ha gustado dibujar.
Hace dos años entró a Rhema y comenzó a practicar su habilidad del dibujo en nuestras clases en la aldea de artes. En esa aldea no sólo aprenden dibujo, sino que las profes le enseñan lo básico de la animación con dibujos.
El año pasado, Alicia Abreu Villamil-Porras hizo un corto de animación con 127 dibujos. Lo escribió, hizo el voice over, lo grabó, lo editó y lo publicó.
No es una evolución o cambio lo que necesita la educación, es una revolución o transformación. Que los chicos y chicas puedan aprender lo que les gusta y practicarlo en un lugar seguro.
3. Mejora el proceso de tener ideas originales de valor: creatividad.
Los niños son creativos, pero la escuela tradicional mata la creatividad.
Como todas las asignaturas de la escuela tienen respuestas únicas, la creatividad con la que nacen los niños va muriendo.
Al graduarse:
- Ya no saben pensar creativamente,
- No les gustan los colores y,
- No saben cómo tomar decisiones o resolver problemas, porque se acostumbraron a creer que todo tiene una única respuesta.
A los 8 años, mi papi me regaló una guitarra. Y me inscribió a un curso y estuve asistiendo todos los sábados religiosamente por un mes.
Cada sábado se me ampollaron los dedos y duraba una semana sanando. Después de 4 veces en el mismo proceso renuncié. Mi pasión era el piano. Pero, nunca lo supe de niña, porque nunca tuve la oportunidad de sentarme frente a uno.
Supongo que pasó algo diferente cuando Eric Clapton recibió su primera lección de guitarra o Elton John con su primera clase de piano. O Gabriel García Márquez en sus clases de literatura.
La creatividad viene con la pasión.
Cuando tú haces algo que te apasiona, una hora se siente como cinco minutos. Pero cuando haces algo que no alimenta tu espíritu, 5 minutos se convierten en una eternidad.
Cuando trabajamos con pasión en alguna asignatura, las ideas van a llegar fácilmente.
Santiago Moyano nunca había hecho un video. En clase de arte y tecnología con la profe Vanessa Forero aprendió lo básico para hacer stop motion con plastilina.
Su mami me cuenta que desaparece por horas y no saben de él hasta que sale con su video después de haber creado la historia, modelado sus muñecos, haber tomado las innumerables fotos, editar, subir y publicar.
Debemos darnos la oportunidad de intentar algo nuevo. El aprendizaje debe ser variado, orgánico, relevante y divertido.
Hoy Santiago tiene su propio emprendimiento. El creó su logo, su marca, su Instagram y sus productos. Hace sus propios videos, los publica y vende sus muñecos. Visita y apóyalo.
Ser creativos, tener ideas nuevas nos ayuda en el colegio, en la universidad, en el trabajo, en el emprendimiento y en todo en la vida. Hasta en la toma de decisiones.
4. Fortalece la personalidad y el carácter del estudiante.
La educación como la tenemos concebida es lineal. Entras a Kinder y sigues a primero y así sucesivamente. Pero no debería ser así, no debería haber grados, porque no todos aprendemos a la misma velocidad.
En Rhema no manejamos grados.
En inglés, por ejemplo, tenemos chicos de todas las edades dependiendo de su nivel de producción del idioma. Y en el resto de las clases, están divididos en gramática, lógica y retórica. En Gramática aprenden las bases de todo, en Lógica comprenden su uso y en Retórica aprenden a comunicarlo.
Igualmente, durante el año, cambiamos de horario 3 veces. Un trimestre vemos la aldea de tecnología, otro emprendimiento y el otro, artes.
Teniendo las semanas y los chicos de esta forma, ellos van a demostrar sus habilidades en alguna de las múltiples asignaturas que tenemos.
Aquí Matilda Forero nos muestra muy hábilmente cómo hacer rollos de sushi, gracias a sus clases de culinaria con la profe Eme Sánchez.
Cuando ellos descubren qué les gusta, qué les parece fácil y para qué son hábiles:
- Su autoestima crece.
- Su comunicación se expande.
- Su habilidad de comprender conceptos se amplía, fortaleciendo su personalidad única e irrepetible.
Al crecer su autoestima, crece la automotivación.
Y en últimas lo que queremos es que nuestros hijos e hijas sean adultos que creen en sí mismos, que son autodidactas y responsables por sus logros y desaciertos.
Samuel Betancur era un chico que desde pequeño quería ser arquitecto.
Hace un poco más de dos años, en una clase de finanzas, llamó a varias universidades para hacer un presupuesto de cuánto le costaría la carrera y vivir fuera de la casa de sus padres. Ya sabía en qué tenía que trabajar y cuánto tiempo para conseguir el dinero.
Pero todo cambió en una clase de Código.
Nuestra personalidad está siendo modelada por nuestras experiencias. Todo lo que pasa alrededor afecta para bien o para mal a esa persona que se está desarrollando en el traje llamado cuerpo.
La escolarización debería ser ese tiempo en el que los chicos descubren sus pasiones, fortalecen su personalidad y crecen en carácter. Debería ser un lugar seguro para crecer y para experimentar, pero no lo está siendo.
5. Los hace innovadores.
¿Recuerdas a Samuel que quería ser arquitecto?
En ese tiempo, yo daba clase de Código. Samuel hacía muchas preguntas. Que si siempre era tan fácil, que si uno podía conseguir un buen trabajo escribiendo código, que si había universidades que lo recibieran a él tan joven.
Un día, la mami me llamó y me preguntó:
– ¿Qué está pasando con Samuel?
– No sé, le respondí, ¿por qué?
– Porque quiere ser programador y me tiene loca llamando a la Universidad Salazar y Herrera para ver si lo aceptan de 13 años.
La universidad tiene un acuerdo con el SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje de Colombia) en el que ofrece cursos para tecnólogos y nunca habían recibido una solicitud de un menor de 13 años.
Hizo entrevista como un joven adolescente, presentó su hoja de vida (que aprendió a hacer en clase de diseño gráfico) y una propuesta de por qué la universidad lo debía recibir (con la ayuda del profe de emprendimiento).
Hoy, Samuel tiene 15 años, es tecnólogo en informática y quiere trabajar como profe mientras se gradúa del colegio.
El haber podido tener un acercamiento a algo desconocido como lo era la programación, hizo que Samuel se convirtiera en innovador. Es el graduado más joven de la historia de la universidad.
La educación mediante dones y talentos prepara a los estudiantes para un futuro desconocido e impredecible. Porque están practicando sus habilidades. Al ser conocedores de un tema y hacerse expertos, pueden tomar de otras disciplinas y traer innovación.
Y no estoy hablando de ser especialistas, pues tu hijo o tu hija puede ser multipotencialista. Estoy hablando de ser expertos.
Un experto sabe de lo suyo y de otras disciplinas, un especialista sabe sólo de lo suyo. En otras palabras, para innovar necesitas saber de lo que te gusta, más otras cosas en las que no eres tan bueno.
Los científicos más reconocidos son también músicos, escultores, pintores, dibujantes, trabajan con la madera, hacen mecánica, juegan con sus electrónicos, hacen cosas en vidrio, son poetas o escritores.
Y comparado con otros científicos, los que han ganado premios Nobel tienen 22 veces más probabilidad de ser actores, bailarines o magos.
Hay que cultivar los dos lados del cerebro y el cuerpo que lo transporta si queremos ser innovadores.
Conclusión
La educación tradicional es como las comidas rápidas. Estandarizada, procesada y no nutre.
Aprender según los dones y talentos:
- Hace que tus hijos sean más felices aprendiendo;
- Les ayuda a mejorar y perfeccionar una habilidad que ya tienen;
- Mejora el proceso de tener ideas originales de valor o creatividad;
- Fortalece la personalidad y el carácter del estudiante; y
- Los hace innovadores.
La decisión es tuya.
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* El trastorno con síntomas similares al TDAH apareció por primera vez en la (APA) de la American Psychiatric Association `Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM)` en 1968. Se llama `reacción hipercinético de la infancia`, que se consideraba el principal síntoma de hiperactividad.
Diana Pineda es la creadora de Rhema E-School. Diana está estudiando un MBA en Marketing en la Universidad de Greenwich, Inglaterra. Es egresada de la Universidad Externado de Colombia en Finanzas y Relaciones Internacionales y especialista en Pedagogía y Didáctica de la Universidad de Medellín.
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